viernes, 11 de mayo de 2012

4th time around





Ayer tuve una pesadilla, triunfé yendo de conquista. Una chica explosiva, pechos desproporcionados, guardabarros de lujo y pintalabios “rojohoyvoyacomerte”. Contra todo pronóstico se me acercó desde la otra punta del antro y se mordió el labio inferior. Si sus ojos no hubieran brillado tanto, me habría perdido en su escote.

Aparecimos en mi casa, yo desnudo, muy hombre; ella de rodillas sobre el mar de madera, esperando... y no pude. Vi una foto en la pared con un marco brillante. Salías tú, herida, tullida, triste ¡Yo qué sé! Pst... Ni siquiera tengo fotos tuyas. Y no pude, le expliqué que tenía novia, disculpa por la etiqueta, al fin y al cabo es un sueño, ¡a saber qué coño quería decir! Y montó la escena, y yo recibí los golpes. Me echó del apartamento a la calle, me sentía sucio y sólo pensaba en volver a tu casa. ¡Joder! ¡Ya no puedo ni follar en sueños!

Por eso te he llamado esta mañana. He esperado con los ojos cerrados a que descolgaras para inundarme en tu voz, todavía medio dormida, ¿quizá borracha? Da igual. Te lo cuento todo como quien se confiesa al cura. Y vas tú, puta desgraciada, y me cuentas que también has tenido un sueño, había unos amigos y te abrías sin dudarlo al primero que te invitó a un tequila. ¿Lo has soñado, querida? ¿O me la has vuelto a pegar? Elegiré creerme tus palabras pero ven corriendo y vuelve a susurrarle guarradas a la almohada.


                                                                                                                                           Rosa


P.D. Después de un pequeño periodo de ausencia (no diré de descanso, porque he ido de cráneo) vuelvo con la última tarea del taller. Esta vez los deberes consistían en escribir un texto de 250 palabras atando los cabos que dejan sueltas un par de canciones: "4th time arround" de Bob Dylan, y "Norwegian Wood" de The Beatles; os dejo los links abajo. Bueno, sólo decir que me salté un poco a la torera la historia de las canciones. Escribí lo que me evocaban y me ha gustado el resultado, cosa que pocas veces puedo decir.






jueves, 3 de mayo de 2012

Historias del Vacío.


Se oye un traqueteo irregular por toda la casa, que para de pronto, se escucha como se rasga un papel y un suspiro. N escribe todavía con máquina de escribir, en el fondo sabe que es una tontería; pero piensa que las musas tienen más posibilidades de visitarla así, aunque últimamente no consiga escribir nada.
No es su día, se hace un café y se recuesta en la silla, apoyando las botas sucias sobre la mesa. Son las cuatro y media de la tarde y hace poco que se ha despertado, las cortinas están echadas y su piso parece amarillento. Se enciende el cigarro con un viejo Zippo, porque siempre ha pensado que los cigarros saben mejor si se encienden con un Zippo. Aunque la verdad es que lo hace porque así siente ligada al pasado. Le gustan las cosas viejas, es una forma de crearse raíces.
N mira su máquina de segunda mano con odio, entre bocanadas de humo. No tiene nada qué contar, esa es la verdad. Una verdad que la atormenta. No tengo raíces ni nada que contar, estupendo. Tampoco parece tener nada mejor que hacer. Mira la taza vacía y piensa en estrellarla contra el suelo. En vez de eso prefiere ponerse la chupa de cuero negro y salir a la calle, con el único fin de no sentirse rodeada de su fracaso. Quién sabe, con suerte tal vez encuentre algo que contar. Alguna vez tiene que ocurrirle algo. Algo que realmente valga la pena contar, ¿no?



Maloles.

PD: Os presento a N, mi nuevo personaje. Espero que no os caiga mal, sé que al final le cogeréis cariño. Protagonizará la serie "Historias del vacío", o eso pretendo... si la vagancia no puede conmigo.